Historia del municipio
Los restos arqueológicos más antiguos de la población son probablemente de época romana, según se deduce de algunas piezas halladas en la desaparecida Alquería de Castillo, en la Huerta de Xirivella. El Servicio de Investigación Prehistórica de Valencia (SIP) ha identificado recientemente un capitel de columna romana, así como la existencia de restos de tejas romanas (tegulae), un fragmento de peso de telar (pondus) troncopiramidal y restos de una antigua conducción de agua realizada en hormigón (opus caementicium). Sin embargo, los orígenes del municipio son todavía inciertos. Estas prendas se pueden contemplar en el jardín del polideportivo municipal.
Pertenecen al período de asentamiento musulmán (siglo viii), además de la acequia de Xirivella, el arco de medio punto de La Closa. La ocupación cristiana llegó en 1238 en la persona del lugarteniente de Jaime el Conquistador, Hugo de Fullaquer, comendador de Alcañiz y vicemestre de la Orden de Calatrava, que tomó posesión del señorío por cesión real. Los colonos pagaban a los de Calatrava el arrendamiento y los diezmos. En el Libro del reparto se la cita repetidamente a lo largo de 1238.
Los Calatrava pronto construyeron los principales edificios administrativos y religiosos, como la Casa del Delme —hasta hace unas décadas podía contemplarse en la plaza de la Iglesia— y la primera parroquia, de estilo gótico. El templo, que tuvo como primera advocación en Santa Maria, se articulaba en una sola nave, con una superficie de cerca de 130 metros cuadrados.
El 16 de agosto de 1238, Jaume el Just autorizó la pignoración que por once años hacían los de la orden a favor de Pere de Boïl i Castellar y su esposa, Caterina Díez. Esa pignoración fue renovándose tácitamente hasta que el papa Clemente dio definitivamente el señorío a los Boil. Durante el siglo xiv, residió, junto a su mujer Valençona Castell, Ramon Muntaner, donde empezó a escribir La Crónica, obra primordial del autor y de las letras medievales. En las Germanías, algunos agricultores del pueblo se unieron a los hermanados.
En 1609 Felipe III decretaba la expulsión de los moriscos de España. Su salida provocó que muchas localidades de l'Horta quedaran casi o totalmente deshabitadas. Aunque Mislata, Alaquàs, Manises o Paterna sufrieron estragos, en Xirivella no había población morisca y, por tanto, el decreto de expulsión no alteró las bases demográficas de nuestro municipio.
En 1811, pasa a señorío del Marqués de Llanera y, en 1814, el Marqués de Dosaigües obtuvo parte del señorío. En 1837, en virtud de la puesta en vigor de la Ley sobre la Abolición del Régimen Señorial, Xirivella dejó de estar bajo administración señorial. En 1812, a punto estuvo de caer prisionero en Xirivella el mariscal francés Louis Gabriel Suchet en su ocupación de la villa. Durante la guerra tuvo lugar una insurrección cantonalista.